jueves, 31 de mayo de 2012

Principios Jurídicos Inherentes A Los Acuerdos De Convivencia Escolar

Principios Jurídicos Inherentes A Los Acuerdos De Convivencia Escolar

viernes, 18 de mayo de 2012

EL DERECHO EDUCATIVO Y SUS OBJETIVOS PARA LA CONVIVENCIA


La escuela tiene que educar para la vida y en la vida hay que saber convivir.

El clima de convivencia, en las mayorías de las escuelas,  deja mucho que desear. Todos conocemos las dificultades que encuentran las relaciones de los alumnos con los docentes y las de los alumnos entre sí.

Tampoco nuestra sociedad, la sociedad que los mayores ofrecemos a nuestros jóvenes, es el paraíso de la convivencia. No es la sociedad ideal para que los niños y jóvenes aprendan a convivir. La intolerancia, una profunda xenofobia en algunos sectores, un estilo de hacer política basado en la descalificación y el insulto, la indiferencia ante la violación de los derechos de los otros y poca sensibilidad por los problemas sociales.

Los hechos anteriores nos dicen que nuestros alumnos y alumnas necesitan aprender a convivir. Por eso, debemos ayudarles a asumir los valores y actitudes fundamentales para saber relacionarse con los demás. La responsabilidad es de todos: la familia, las autoridades, los políticos, los medios de educación y, por supuesto, la escuela por medio del Plan del Derecho Educativo para la Convivencia Escolar (PDECE).

Para el Derecho Educativo la convivencia debe ser objetivo fundamental de la escuela. Por ello la escuela y el derecho deben moverse en el terreno de la utopía. Soñando y buscando un mundo ideal, que siempre espera construir.

Al hablar del Plan del Derecho Educativo para la Convivencia Escolar, es necesario comenzar con los objetivos que queremos conseguir con la Comunidad Educativa. Los objetivos son la meta a la que se desea llegar, los grandes principios que inspirará todo el Plan.

Los objetivos son la utopía que debemos soñar y  buscar realizar, día a día, en la escuela. Exige, por supuesto, la participación consensuada de todos los integrantes de la Comunidad Escolar.

Esos objetivos a lograr lo vamos a enumerar a continuación:

Primero: Valorar la dignidad de las personas y sus derechos fundamentales, asumiendo actitudes de respeto y aceptación en las relaciones sociales

Las relaciones humanas se mueven, muchas veces, por el egoísmo y la ambición. Y esto afecta a la convivencia. Ante esta situación, la escuela debe enseñar a los alumnos y alumnas las siguientes capacidades:

– Valorar la dignidad de las personas y tratarlas siempre con respeto.

– Conocer los derechos fundamentales del ser humano y su importancia para los individuos y la convivencia social.

– Rechazar las violaciones de esos derechos que se dan en la sociedad.

– Relacionarse con los compañeros en un clima de respeto, de colaboración y de ayuda.

– Ser conscientes de que todas las personas tenemos unos derechos y obligaciones que son básicos para la convivencia.


Segundo: Respetar la diversidad de las personas, pueblos y culturas, rechazando toda discriminación por diferencias físicas, psíquicas o ideológicas, y asumiendo actitudes pluralistas y tolerantes

Nuestra sociedad no siempre es pluralista y tolerante. Se adoptan actitudes intransigentes y de rechazo ante personas, grupos y culturas distintas. La escuela, en el tema de la diversidad, debe intentar que los alumnos y alumnas aprendan a:

– Valorar la diversidad de las personas, pueblos y culturas como un hecho que nos enriquece y completa a todos.

– Aceptar la igualdad fundamental de los seres humanos, rechazando toda discriminación personal y social.

– Respetar las ideas, creencias y puntas de vista de los otros.

– Asumir siempre actitudes pluralistas y tolerantes.

– Evitar conductas, expresiones y actitudes discriminatorias contra la mujer.



Tercero: Convivir con las personas y grupos sociales a los que se pertenece en un clima de afectividad, de respeto, de colaboración y de ayuda mutua.

Hay personas que viven para sí mismas, como si los demás no existieran; no asumen sus responsabilidades; no respetan las normas y reglas sociales establecidas; imponen sus gustos y puntos de vista; su afectividad es fría y distante. Para que los alumnos y alumnas aprendan a convivir con otras personas y grupos, la escuela les ayudará a:

– Convencerse de que las relaciones interpersonales se fundamentan en los derechos y obligaciones            mutuas.

– Evitar en las relaciones con los otros tanto las actitudes de dominio como las de sumisión.

– Colaborar en las tareas familiares y escolares, y en los grupos a los que se pertenece, asumiendo con generosidad las propias responsabilidades.

– Comportarse en las relaciones interpersonales con actitudes de afecto, respeto y solidaridad.

– Respetar los acuerdos y normas de convivencia establecidas para la Comunidad Educativa.

– Disfrutar de la compañía y amistad con los compañeros y amigos.


Cuarto: Eliminar la agresividad y la violencia en las relaciones personales, buscando la solución de los conflictos por medio de la reflexión y el diálogo

La agresividad y la violencia atentan contra la dignidad de las personas y hacen imposible la convivencia. La escuela debe enseñar a los alumnos y alumnas a:

– Rechazar toda violencia física (peleas, riñas, agresiones...) en las relaciones personales.

– Evitar toda violencia verbal (burlas, insultos, amenazas) en el trato con las personas.

– Utilizar el diálogo como medio y clima fundamental para relacionarse con los otros y solucionar             los conflictos.

– Evitar en las relaciones con los demás actitudes de dominio y de prepotencia.

– Saber rectificar cuando la conducta se aparta de las normas y valores establecidos.

– No hacer a los demás lo que no nos gusta que nos hagan a nosotros.


Quinto: Respetar las normas de convivencia establecidas por la Comunidad Educativa, así como los hábitos sociales y buenos modales que rigen las relaciones interpersonales

El cumplimiento de las normas de convivencia y los buenos modales favorecen la convivencia.
Porque son expresión de respeto, delicadeza, interés, colaboración con los otros. La escuela, en este punto, debe intentar que los alumnos y alumnas aprendan a:

– Cumplir las normas de convivencia (en casa, en la escuela y en los lugares públicos) con responsabilidad, como una exigencia del respeto y consideración a los demás.

– Presentarse y saludar con corrección, vestir bien, cuidar el aseo personal y hablar con educación.

– Ser responsables en el uso y conservación del medio ambiente, respetando las cosas que pertenecen a los otros, las instalaciones escolares y los lugares públicos.

– Contribuir a la construcción de un ambiente agradable, que facilite la convivencia y el trabajo.

– Asumir con responsabilidad las obligaciones que cada uno debe cumplir como ciudadano.


Sexto: Actuar con autonomía responsable en sus actividades habituales y en las relaciones de grupo, superando cualquier manipulación a la que pueda verse sometido

Vivimos, con frecuencia, acosados por la manipulación. Los medios de comunicación, el consumo, la moda manipulan las opiniones y conductas en todos los órdenes de la vida. Ante el peligro de que los alumnos y alumnas sean víctimas de la manipulación de nuestra sociedad, la escuela intentará ayudarles a:

– Valorar la libertad como uno de los derechos fundamentales de la persona y de la sociedad y respetarla en cualquier situación de la vida, en nosotros y en los demás.

– Actuar con autonomía, con criterios propios, en las actividades y relaciones de los grupos sociales a los que se pertenece.

– Saber defenderse de los malos ejemplos y de los distintos tipos de manipulación, sabiendo discernir los mensajes de los medios de comunicación.

– Responsabilizarse en la realización de las tareas y trabajos encomendados, sabiendo diferenciar y compaginar juego y trabajo, diversión y obligación.

– Evitar, en el ejercicio de la autonomía, actitudes de dominio y de sumisión en las relaciones personales.


Séptimo: Cooperar en el trabajo y en otras actividades de grupo, respetando las normas de funcionamiento y ayudando a los otros.

Nos cuesta escuchar a los otros, aceptar los puntos de vista y las aportaciones de los demás, respetar las normas establecidas, compartir responsabilidades, prestar colaboración, adoptar actitudes dialogantes, ponernos de acuerdo. Para que los alumnos y alumnas desarrollen su capacidad de trabajar en equipo, tan necesaria en su futura vida profesional, la escuela les enseñará a:

– Participar en trabajos y actividades de equipo, buscando objetivos comunes y estableciendo actitudes de comunicación y colaboración.

– Ser responsables en el cumplimiento de las normas establecidas y en la realización de las tareas asignadas.

– Ser abiertos y flexibles ante los puntos de vista y aportaciones de los demás.

– Planificar en grupo la realización de trabajos o proyectos comunes.

– Coevaluar, con los miembros del grupo, la realización y el resultado del trabajo cooperativo.


Octavo: Rechazar las situaciones de violencia, injusticia y subdesarrollo que se viven en el planeta, especialmente en el entorno próximo.

Gran parte de la humanidad vive en una situación extrema de pobreza. Millones de personas carecen de los recursos básicos más necesarios en materia de alimentación, sanidad, vivienda y educación. Entre nosotros encontramos grupos marginados, que viven en situación muy precaria. En un tema tan grave y urgente como éste, la escuela ayudará a sus alumnos y alumnas a:

– Tomar conciencia de las situaciones de marginación y pobreza de individuos y pueblos en el mundo y en nuestro entorno próximo.

– Analizar las causas que producen el subdesarrollo, la marginación y las situaciones de necesidad grave.

– Rechazar las situaciones de pobreza y marginación que se viven en nuestra sociedad y en nuestro entorno.

– Valorar el compromiso de las personas y organismos que luchan contra la pobreza y la marginación.

– Adoptar en la vida actitudes de solidaridad y de compromiso social.


Noveno: Actuar solidariamente colaborando en el ámbito familiar y escolar y ayudando a las personas que viven cerca de nosotros, sobre todo a los que tienen alguna necesidad especial

La convivencia se hace en las relaciones de todos los días con las personas que viven con nosotros o se cruzan en nuestro camino. La apertura y generosidad en las relaciones crean entendimiento y cohesión. Estamos ante un valor fundamental para la vida y la convivencia, que debemos transmitir a nuestros niños y jóvenes. En su afán de educar para la vida, la escuela enseñará a sus alumnos y alumnas a:

– Ser sensibles a los problemas y necesidades de las personas que viven en su entorno, especialmente en el ámbito familiar y escolar.

– Comportarse en las relaciones personales con actitudes de apertura, acogida, comprensión y generosidad.

– Cooperar responsable y generosamente en las tareas y actividades de casa, de la escuela y del grupo de amigos.

– Ayudar a los demás, en cualquier ámbito de la vida, especialmente a los que tienen alguna necesidad especial.

– Participar en algún proyecto, escolar o extraescolar, organizado para ayudar a las personas necesitadas o a la promoción del bien común.


Decimo: Utilizar el diálogo, intercambiando opiniones o puntos de vista, para solucionar problemas o conflictos y encontrarse con otras personas

A veces, convertimos el diálogo en conversación de sordos, en monólogo a dos bandas, en pelea verbal. Nos cuesta salir de nuestro mundo y meternos en el mundo de los demás. Los alumnos y alumnas tienen que aprender a dialogar. La escuela fomentará en ellos las actitudes y habilidades básicas para dialogar correctamente, por ejemplo:

– Aceptar que nadie posee toda la verdad, que todos saben algo de ella y que hay que estar abiertos a la verdad de los otros.

– Escuchar al otro, prestando atención a lo que dice, más que a lo que se va a contestar.

– Interpretar bien al interlocutor, no tomando las cosas al pie de la letra, sino según la intención o el sentido del que habla.

– Evitar, al dialogar, toda forma de sarcasmo e ironía, falacias, marrullerías o engaños, así como los gritos y expresiones despectivas.

– Saber que el valor de las opiniones depende del valor de los hechos y razones con que se apoyan.

– Aceptar las decisiones que adopte la mayoría del grupo, aunque uno piense que es mejor su opinión o punto de vista.
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El Derecho Educativo Y El Medio Ambiente

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